A un hijo

He comprobado que la dicha de ser padre viene acompañada con muchas incomodidades para uno, pero con el tiempo resulta gratificante.
La verdad, ni yo, ni nadie, lo esperaba, fue como un regalo, que nos obsequio alguien superior, porque posiblemente tenia la esperanza de que podíamos hacerlo.

Me he dado cuenta de que él depende mucho de mi y su madre, es tan frágil que me hace pensar que puedo hacerle daño con tan solo acariciarlo.

Estos últimos días he comprobado que los lazos que nos unen sobrepasan cualquier lógica y/o cursos de ciencias sociales que haya llevado en el inservible colegio.

He vivido en carne propia y comprobado gratamente que nadie es inferior, solo distinto, y que ser distinto no es motivo para denigrar.

Por mucho tiempo pensé que era malísimo tratando de brindar cariño y afecto, pero aunque quizá él no sea consciente, he notado que demuestro que lo amo cuando lo limpio, cuando le enseño a caminar, cuando le preparo sus alimentos, cuando le ronroneo por las noches, y de muchas otras formas.

Por otra parte su madre lo llena de ternura, le das sus besos, abrazos, caricias y todo lo que hace falta para que el se sienta seguro y querido.
En si, es un trabajo en equipo, un trabajo arduo, tedioso, pero con paciencia, fe y esperanza todo esta resultando complaciente.

A pesar de haber convivido aun poco tiempo, ya siento que lo amo, si algo le pasara, me sentiría tan vacio que simplemente preferiría perderme entre la nada.
Otro punto que debo recalcar, es que me ha unido mas a mi pareja, los dos somos capaces de mucho, y mas si es por amor.

Estoy muy enterado de que quizá el nunca nos tome en cuenta, que nunca será consiente de lo mucho que hicimos por él, pero el simple echo de verlo sano y feliz, saltando por doquier, será la mejor recompensa que nos pueda dar.

Déjame decirte que no me molesta que me despiertes cada dos horas, que apestes de vez en cuando, que llores sin darme indicios de que es lo que deseas o que me arañes por cualquier motivo

Al llegar la noche siempre calentare tu cajita bien acolchonada, te recostare, me echare a tu costado y agradeceré a Dios tu presencia, pediré porque puedas llegar a ser un gato sano y fuerte, de repente gordito, ya que a si me gustan.
Prometo que haremos todo lo posible.
Y con toda la esperanza del mundo deseo que mañana ambos vivamos un día más.

Con amor Para Burki.

Un padre es un padre, un hijo es un hijo, sea o no de tu especie.
Después de todo, expongo que el especismo es el peor estereotipo que inculca la sociedad. Somos tan animales como cualquier otro, y el echo de razonar no nos hace superiores, mas bien nos da la posibilidad de poder ayudar, pero como es algo que requiere empeño, preferimos mayormente mostrarnos indiferentes.