Él siempre fue de pocos escrúpulos, pensaba que la moral era un invento de aquellos que no sabían divertirse y su principal filosofía de vida era "destruir para construir", contrariamente a lo que cualquiera pensaba, y contra todo pronóstico se volvió a través de ciertas actividades en la imagen más limpia que en alguna oportunidad haya formado parte de las filas del Ejercito.

Un digno ejemplo a seguir, decía toda persona que pensaba conocerlo, no podía asistir a ninguna reunión sin que ninguno de los asistentes lo reconozca y salude por sus loables acciones.

En su interior, él sabía que no era lo que quería, no podía recordar en qué momento dejó de perseguir sus sueños para unirse a lo que él mismo llamaba "el sistema", quizá el hecho de tener un hijo muy joven y haberse casado al poco tiempo de esto haya contribuido al cambio de actitud, personalidad, e ideología, al menos eso que mostraba en público, ese personaje que había creado combatiendo contra los malos y ayudando a los necesitados. En fin, fuese cómo fuese, él no estaba augusto con sus logros.

Sus destacadas acciones lo habían llenado de cierta popularidad, no es para extrañarse, pero eso nunca le importo, él seguía siendo el mismo.

Ahora, los años y los actos protocolares lo habían vuelto un poco más cuidadoso con sus acciones, sin embargo, cuando estaba lejos de aquellos qué sólo conocían al soldado, el podía ser quién quería ser, al menos con un pequeño número de amigos muy cercanos.

Seguir viviendo sin pensar en las consecuencias se había transformado en seguir viviendo sin que nadie se de cuenta, así fue como pudo avanzar. Un día mientras asistía a una entrevista para un conocido diario se animó por encontrarse con otra periodista, así fue que después de terminar con el primer entrevistador salió a un parque muy conocido de la capital a encontrarse con la segunda entrevistadora.

Poco conocía nuestro soldado de ética y moral, o bueno, si lo conocía sólo fingía tenerla mientras lo miraban. Al encontrase con la periodista y después de tener una amena charla decidieron ir a por unas copas, posteriormente se dieron un beso, "Quizá esta sea la última vez que nos veamos y no quisiera perder la oportunidad de darte un beso", ella se acercó "Ves que es más simple de lo que parece".

Sin duda ambos compartían ciertas ideas que ella por su juventud aún no abandonaba, así fue como caminaron por horas hasta poco antes del amanecer, ambos prometieron volver a verse.

Poco tiempo después, en la que sería su segunda cita, nuestro soldado la espero en el mismo lugar donde se conocieron, pero ella nunca llegó.

Nunca respondió mensajes de texto, el teléfono, y fue bloqueado de las redes sociales de la periodista, ¿Qué había sucedido?, ¿Otra vez la moral llegó a arruinar los planes?, ¿Ella se dio cuenta de que iba contra todos los principios éticos de su profesión?

El ejemplar e irónicamente poco moral soldado no podía creerlo, por primera vez después de mucho tiempo estaba viviendo rápido, vivía como cuando nadie lo veía, pero ella le falló y él nunca imaginó que el final para ambos sería ese.

¿Su esposa?, ¿Sus hijos?, ¿Su moral?, ¿Su ética?, a todo esto él sólo podría decir que el placer más grande que existe es la complicidad. Sin embargo no podrá, no se lo podemos preguntar. Nuestro soldado murió lo suficientemente joven para conservar su status de héroe, ofrendó su vida por la patria.

Nunca nadie se enteró de qué tan mala influencia podría llegar a ser ese sujeto, nadie nunca se enteró que su máximo sueño siempre fue viajar por el mundo sin importarle cuanto dinero llevara en la billetera, nadie nunca sabrá qué tipo de fuerzas lo llevaron a ser quien era, ni los motivos que lo condujeron a aparentar ser quien la gente pensaba que era.

Esta historia random es el relato sobre un hombre que todos pensaron conocer, pero que nunca fue quien creyeron, y de una mujer que nunca fue quien él pensó que era. 

Descansa en paz compañero.